Resolución de conflictos en el aula

¿Cómo se pueden resolver conflictos en el aula?

En el aula, como en la vida, los conflictos son inevitables. Sin embargo, la manera en que abordamos estas situaciones en el aula puede marcar la diferencia en el desarrollo emocional y social de los niños.

La filosofía de María Montessori nos recuerda que cada niño es único, con sus propias necesidades, deseos y emociones. Al adoptar este enfoque centrado en el niño, podemos cultivar un ambiente de respeto mutuo y comprensión, donde los conflictos se aborden con empatía y resolución pacífica.

En este artículo, exploraremos los principios fundamentales a tener en cuenta en el aula, así como proporcionaremos consejos prácticos para resolver conflictos de manera constructiva, promoviendo así un ambiente de aprendizaje positivo y enriquecedor.

Principios a tener en cuenta en el aula

  1. Firmeza y amabilidad:

    Es necesario ser firmes y asertivos cuando sea necesario, sin caer en el autoritarismo ni en los castigos. Es importante limitar ciertas conductas de manera amable y agradable.

  2. Empatía desde el respeto:

    Se debe empatizar con los alumnos para comprender sus dudas, miedos e inseguridades, sin juzgar su comportamiento. Solo así se pueden entender las razones de los comportamientos negativos.

  3. Descubrir al niño:

    Conectar con cada niño y descubrir sus gustos, pasiones, preocupaciones y aburrimientos. Esto ayuda a ganar su confianza y comprender sus necesidades.

  4. Libertad, con rutinas y orden:

    Los niños deben sentirse libres para desarrollarse como seres humanos y como parte de su comunidad.

  5. Enseñar a los estudiantes a tomar decisiones positivas:

     Promover un ambiente de respeto y aprendizaje mutuo, de manera que los alumnos se sienten valorados y empoderados. 

Lo realmente importante al aplicar estos principios es fomentar un espacio donde se enseñen valores, se modifiquen conductas desde la calma y se refuercen positivamente aquellas acciones que deseamos que los niños mantengan.

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Consejos que te ayudarán a resolver conflictos para niños

  1. Establecer normas claras, concisas y positivas

    Esto ayudará a los estudiantes a adquirir seguridad de cómo deben actuar en clase y saber lo que se espera de ellos. Se deben dictar siempre en positivo, por ejemplo, en lugar de decir: “No se corre” podemos aplicar: “Caminamos despacio”.

  2. Crear un entorno de amabilidad

    Construir un entorno en donde los alumnos se sientan valorados y reconocidos. Demostrando que pueden confiar en los maestros cuando algo no va bien, hacerles sentir que se confía en ellos, mostrar empatía escuchando con interés, de manera que comienzan a percibir a los demás de forma más positiva. 

  3. Sentimiento de pertenencia

    Hacer sentir al alumnado que forma parte de la comunidad puede incidir de forma significativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que con un bajo sentido de pertenencia suelen surgir comportamientos inadecuados. 

  4. Toda acción tiene una reacción

    Llevar a los estudiantes a la reflexión para hacerles ver que cada acción tiene una consecuencia, positiva o negativa, en cuyo caso se debe procurar que esta tenga una práctica restaurativa (basada en valores) y no punitiva (buscar culpable y poner castigos). 

  5. Establecer un diálogo restaurativo

    Usar preguntas como: ¿Qué ha pasado?, ¿Qué pensaste en ese momento?, ¿Qué sentiste?, y ahora, ¿Cómo te sientes?, ¿Qué piensas?, ¿Quién se ha visto afectado y cómo?, ¿Qué necesitan las personas afectadas?, ¿Cómo se puede reparar la situación?, ¿Qué se puede hacer para que esto no vuelva a pasar?

  6. Identificar las necesidades individuales

    Observar los comportamientos inadecuados y comprender que se presentan porque es la única manera que los niños tienen de pedir ayuda debido a que sus necesidades no han sido cubiertas.

El mejor modo de alcanzar el éxito es ir paso a paso, cuando se tiene expectativas muy elevadas, puede retrasar el comienzo de la aplicación del método o incluso podría causar desanimo al observar que no hay cambios rápidamente. Si se avanza paso a paso la misma inercia irá impulsando para seguir adelante y tanto el maestro como los estudiantes se verán beneficiados con ello.