El lenguaje es una de las adquisiciones más sorprendentes que hacen los niños, les lleva de tres a cuatro años integrar los elementos necesarios para desarrollar la capacidad de organizar las palabras en una secuencia significativa a través de la cual puedan expresar sus ideas y pensamientos. Este proceso se da de forma inconsciente, sin esfuerzo, sin la necesidad de lecciones, independientemente del idioma que hablen ya sea español, alemán, mandarín o suajili.
¿Cuándo empieza el proceso de aprender a hablar?
Investigaciones realizadas durante la gestación han arrojado que desde el útero, el bebé empieza a tener sus primeras experiencias con el lenguaje, entre los 6 y 7 meses comienza a escuchar sonidos del exterior como la voz de la madre y en las últimas semanas llega a escuchar al mismo nivel que un adulto, puede reconocer los sonidos de las canciones o cuentos que se les lee a menudo.
Al nacer inicia el proceso de aprender a hablar, éste involucra varios elementos como la capacidad de oír, un adecuado desarrollo del aparato fonador, un ambiente rico en lenguaje y que el niño tenga la intención comunicativa.
Al inicio, el bebé comunica sus necesidades a través del llanto, pero su mente está lista para empezar a integrar y dar sentido a los sonidos propios del lenguaje, para esto es necesaria la estimulación del ambiente.
Durante los primeros meses la atención e interés de los padres expresados a través del lenguaje corporal así como las caricias, las sonrisas, el contacto visual y las expresiones faciales, forman la principal fuente de comunicación ya que el bebé es capaz de entender las emociones más que las palabras.
Su mente programada para adquirir el lenguaje es estimulada por los padres, que por instinto van adaptando el tono y el estilo del lenguaje, esto ayuda a que se enfoque y absorba los sonidos propios del mismo.
De forma natural se le habla mucho más despacio y pausado, utilizando un tono un poco más agudo. Con frases cortas y repetitivas, se enfatizan las palabras importantes y el vocabulario generalmente es concreto pues se dirige a las cosas y personas que están presentes.
¿Cómo hablarle al bebé?
Lo primero es mirarlo a los ojos, cara a cara, observar sus gestos, el movimiento de la boca y escuchar los sonidos que produce mientras se le habla, eso le fascina al bebé.
Al inicio los diálogos son cortos, pero son de suma importancia ya que se enfocan en tres elementos básicos del lenguaje: centrar su atención, escuchar y turnarse. La madre al hablarle debe de hacer una pausa y esperar, al principio la respuesta del bebé será mirarla a la cara y sonreír, esto estimula que empiece a preparar su propia respuesta, que puede ser desde mover su cuerpo, emitir sonidos o balbucear. Es importante que el adulto no espere mucho antes de responder ya sea imitando sus sonidos o haciendo algún comentario.
La riqueza de estos diálogos es que se le reconoce y le hacen saber que es escuchado, lo que le impulsa a querer comunicarse.
Es básico que los padres se den el tiempo para hablar con el niño ya que necesita escuchar los sonidos propios de su lenguaje para poder asociarlos darles forma a las palabras y relacionarlas con las cosas o acciones, es decir darles un significado.
Algunos consejos para hablar con bebés:
- Estar atentos a las iniciativas de comunicación del niño.
- Escuchar y participar activamente.
- Hablarles de forma natural, utilizar un lenguaje claro y correcto.
- Participar en sus juegos.
- Evitar pantallas.
- Leerle, esto le ayuda a enfocar su atención y a relacionar palabras con la imagen, además los niños disfrutan la atención y el contacto que le dan los padres en los momentos de lectura. Se recomienda que los libros tengan imágenes reales y reconocibles y que reflejen acciones cotidianas.
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