¿Alguna vez te has preguntado cuánto sabes recibir o escuchar del mensaje que los demás quieren transmitirte?
Para intentar contestar esta pregunta, te invito a reflexionar sobre cuánto estás presente mentalmente, cuando te corresponde ser la parte receptora en una conversación, y cuánto tu pensamiento se desvía hacia otros temas; te distraes, o vas por la vida con tanta prisa que te adelantas a pensar en la respuesta inmediata, antes de esperar a que termine de hablar la otra persona.
Si tu respuesta se acerca más a las últimas opciones, el tema que aquí trataremos te ayudará no solo a ser un buen oyente, si no, a ser un excelente interlocutor, que pueda conectar de manera natural y empática con los demás.
¿En qué consiste la escucha activa?
La escucha activa es una habilidad de comunicación que se debe desarrollar para lograr prestar atención con conciencia plena y empática a lo que nos dice otra persona. Sin duda alguna, va mucho más allá de la acción de escuchar, realmente significa mantener una conexión adecuada con los demás, dejando de lado los prejuicios y las creencias personales. Para ello, es primordial saber escucharnos a nosotros mismos, y poder conectar con nuestro interior, identificando nuestras emociones, y aceptándolas, entendiendo que, tanto las positivas como las negativas, son parte de nuestra condición como seres humanos, y que aprender a gestionarlas es necesario para nuestro bienestar y el de las personas que nos rodean. Es importante comprender que, sólo podemos escuchar atentamente a los demás, cuando somos capaces de hacernos responsables de nuestras propias debilidades y de nuestros límites, así como de nuestras cualidades y nuestros recursos. Una vez que aprendamos a hacer esta conexión con nosotros mismos, el vínculo con los demás se dará de manera natural, haciéndoles sentir valorados y respetados; no sólo escuchándolos, sino también entendiendo, reflexionando y obteniendo una retroalimentación adecuada.
6 técnicas para practicar la escucha activa
-
Crear un ambiente adecuado
Evitar las distracciones o interrupciones, de manera que se le haga sentir a esa persona que es nuestra prioridad en ese momento.
-
Presta atención
Hacer contacto visual muestra a la otra persona que se le está prestando atención a lo que dice y siente y, además, es una acción que comunica sinceridad. Recordemos que la comunicación no verbal también “habla” en voz alta.
-
Demostrar que se está escuchando
Usar el lenguaje corporal y los gestos que indiquen que se está comprometido en la conversación, por ejemplo, mostrar una postura abierta e interesada, asintiendo de vez en cuando, sonriendo y usando otras expresiones faciales. Es conveniente también animar a la persona a continuar hablando, con pequeños comentarios verbales como “sí” y “ajá”.
-
Proporcionar comentarios
Dejar a un lado nuestros filtros, suposiciones, juicios y creencias personales para reflejar por medio de la palabra el sentimiento que el otro está expresando. Verificar o expresar con las propias palabras lo que parece que el interlocutor ha dicho. De esta manera, es posible que el emisor informe al receptor si ha entendido bien el mensaje. Un ejemplo de parafrasear puede ser: “Lo que escucho es…” y “Suena como si estuvieras diciendo…”, son excelentes maneras de reflexionar.
-
Aplazar el juicio
Evitar la interrupción, ya que es una pérdida de tiempo que causa frustración a la persona que habla y además, limita la comprensión completa del mensaje. Se debe permitir que la persona termine cada punto antes de hacer preguntas.
-
Responder adecuadamente
La sinceridad y la honestidad deben prevalecer en las respuestas y retroalimentaciones, siempre y cuando se emitan de manera directa y clara, sin ambigüedades y con respeto. Se debe tener siempre en cuenta que, se está ganando información y perspectiva, por lo que no se debe añadir nada atacando al otro o menospreciando, nuestras opiniones se deben defender con respeto.
Sin duda, las pautas anteriores pueden ser de gran utilidad, pero recordemos que ante todo se debe tratar a la otra persona de la manera en que creemos que nos gustaría ser tratados, es decir, con respeto y consideración. Al hacerlo, podemos fomentar relaciones saludables y positivas con los demás.
¿Quieres mejorar la comunicación con tus hijos?
Para profundizar aún más en esta habilidad crucial y explorar cómo se puede aplicar efectivamente en el contexto Montessori, te invitamos a descubrir nuestro curso Desarrollo del Lenguaje | 0 a 3 años. Este curso está diseñado específicamente para padres y educadores interesados en fortalecer sus habilidades de comunicación con los niños y aplicar los principios Montessori en su día a día.